Disciplina Positiva

Disciplina Positiva

publicado porSandra Luna 7 marzo, 2017 0 comentarios

Tengo un buen tiempo leyendo acerca de Disciplina positiva y me encanta, siento que es algo que ha rondado por mi mente en los últimos años y que aún sin haber conocido su nombre he ido buscando poco a poco en la vida, y al fin, al encontrar este concepto, le he podido poner nombre a «eso» que ahora trato de hacer una forma de vida. No es nada  fácil aplicarla habiendo sido educados en un entorno de disciplina autoritaria y negativa a la que la mayoría de mis contemporáneos estamos acostumbrados, es sumamente fácil caer en contradicciones de pensamiento y acción, pero también estas situaciones de error son oportunidades de aprendizaje permanente para padres y educadores. Diariamente podemos practicar, cometer aciertos y/o errores y buscar soluciones para mejorar. No es que la disciplina anterior (autoritaria) haya sido mala,  ni que esta (disciplina positiva) sea la varita mágica que nos salvará para la eternidad, no. Sin embargo en ella encuentro innumerables estrategias que podemos probar diariamente y comprobar si funcionan en nuestro entorno, con nuestras características personales y dinámicas familiares y de pareja, siempre de una manera respetuosa para los involucrados. Además los resultados que nos ofrecen son a largo plazo, de orden analítico y reflexivo, a diferencia de castigos y premios, que su resultado es inmediato pero no necesariamente permanente e intrínseco.

Pero, ¿qué es la Disciplina Positiva?14971293_10157612722785705_1796198355_n

La disciplina positiva no es nada nuevo, su precursor es Alfred Adler, quien desarrolló la teoría inspirada en su experiencia de vida y en la observación de casos. Ya desde 1920 inició la llamada «Educación para padres» invitando a tratar con amor y respeto a los pequeños y posteriormente Rudolf Dreikurs, discípulo de Adler, lideró un centro de orientación basándose en la filosofía. De ahí en adelante se fueron desarrollando criterios, estrategias, metodologías para implementarla de manera efectiva tanto en el aula como en el hogar.

Las bases son la comunicación, el amor, el entendimiento y la empatía para disfrutar de las relaciones familiares y escolares dando herramientas a los padres y maestros para entender el comportamiento de sus hijos y alumnos y reconducirlo con respeto, sin luchas de poder y siempre de manera positiva.

Podría ser fácil confundir la Disciplina Positiva con permisividad, y en realidad éstas no tiene relación de ninguna manera, la gente puede llegar a creer que si no eres autoritario necesariamente eres permisivo, y disciplina positiva nos dice respetuosamente: ¡Heyy, aquí hay otra opción!…RESPETO, FIRMEZA, BÚSQUEDA DE SOLUCIONES, ACUERDOS…Dejémos de lado la idea de que respeto y firmeza se repelen, podemos usar ambos y los resultados podrían sorprendernos.

De dónde sacamos la loca idea de que para lograr que un niño SEA BUENO, primero debemos hacerlo sentirse mal

Jane Nelsen

El modelo nos muestra criterios a tener en cuenta para una disciplina positiva según la autora Jane Nelsen, en su libro “Cómo educar con firmeza y cariño” y estos son:

1- Es amable y firme al mismo tiempo (respetuosa y motivadora)

2- Ayuda a los niños a sentirse importantes (Conexión)

3- Es eficaz a largo plazo

4- Enseña valiosas habilidades para la vida (Respeto, habilidad para resolver problemas, participación, colaboración, responsabilidad…)

5-Ayuda a que los niños desarrollen sus capacidades y sean conscientes de ellas

¿Te parece adecuado para tu familia y/o escuela? si es así, he aquí el inicio o continuación de una manera en la que podemos contribuir  a mejorar la sana convivencia y desarrollo de tus hijos y/o alumnos.

Ilustraciones: Adrián Oviedo
Nos leemos pronto

SL

 

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